El electrocardiograma (ECG)

Medición de la actividad eléctrica del corazón

El ECG es una prueba rutinaria para examinar la actividad eléctrica del corazón, que puede realizarse tanto en hospitales como en la consulta del médico. Es relativamente rápida, no invasiva y totalmente indolora.

Los movimientos regulares de las cámaras cardiacas están controlados por un complejo sistema de impulsos eléctricos que hacen que las cámaras superiores (aurículas) y las inferiores (ventrículos) se contraigan y relajen de forma rítmica y continua. En caso de que estos impulsos eléctricos se interrumpan, se retrasen o se remitan por vías equivocadas, puede registrarse una arritmia. Esta alteración está caracterizada por determinados síntomas como, por ejemplo, latidos irregulares, respiración entrecortada (disnea) o pérdida de la consciencia (síncope). Además, las señales eléctricas pueden poner de manifiesto cambios estructurales o metabólicos como el aumento o hipoxia del músculo cardiaco.

La prueba consiste en adherir almohadillas de electrodos a los brazos, piernas y determinados puntos del pecho del paciente. Las almohadillas registran la electricidad procedente del corazón y el voltaje se representa gráficamente mediante un conjunto de líneas de ondas bien sobre una tira de papel en movimiento, o bien en el monitor del médico. Los resultados se obtienen directamente y pueden almacenarse para compararlos con datos anteriores o posteriores. El paciente debe tumbarse boca arriba para evitar contracciones de los músculos voluntarios en el resto del cuerpo, puesto que estas señales eléctricas ocultarían las cardiacas.

El ECG registra el tamaño, la cadencia y la naturaleza de los impulsos eléctricos presentes en el corazón del paciente. De este modo, el médico puede definir la frecuencia y el ritmo cardiacos y saber, por ejemplo, si el corazón late a un ritmo por encima o por debajo del normal. Además, estos registros facilitan información importante sobre la posibilidad de que exista algún problema en el flujo sanguíneo del músculo cardiaco, un aumento (hipertrofia) del tamaño del corazón o daños en este músculo debidos, por ejemplo, a una crisis cardiaca aguda o anterior.

En base a una valoración detallada de estos resultados, se pueden realizar los siguientes diagnósticos.

  • Problemas de ritmo dispar (arritmias) provocados por diversas causas, incluidos ritmos cardiacos por encima (taquicardia) o por debajo (bradicardia) del habitual así como latidos prematuros y fibrilación auricular, una alteración en la que las cámaras superiores del corazón laten tan rápido que son incapaces de contraerse adecuadamente.
  • Determinadas cardiopatías congénitas como el síndrome de Wolf-Parkinson-White o el síndrome QT largo.
  • Hipertrofia cardiaca (aumento del músculo cardiaco).
  • Dilatación cardiaca (aumento de las cámaras del corazón).
  • Miocardiopatía: un conjunto de situaciones en las que el músculo cardiaco (miocardio) no funciona con normalidad debido a causas diversas, incluidos varios tipos de miocardiopatías congénitas.
  • Infartos agudos o previos.
  • Inflamación del corazón (miocarditis) o de sus paredes (pericarditis).

Utilidad y limitaciones del ECG

El ECG es una prueba sencilla y útil para evaluar la función cardiaca y los posibles problemas latentes. No obstante, tiene sus límites. Normalmente, los resultados de un ECG no son específicos, es decir, que las anomalías observadas no hacen referencia a una situación concreta sino que pueden estar causadas por varios problemas. Asimismo, un ECG normal no descarta una cardiopatía, por lo que es recomendable realizar otras pruebas, especialmente si el ECG confirma una posible cardiopatía congénita.

Entre estas otras pruebas pueden figurar procedimientos por imagen como la ecocardiografía, la resonancia magnética (RM), la tomografía computarizada (TC) o, de ser necesario, procedimientos invasivos como el cateterismo cardiaco. Estos métodos pueden utilizarse junto con el ECG, para así poder asociar las distintas fases del latido a las imágenes del corazón.

ECG específicos: el ECG Holter y el ECG de esfuerzo

En algunos casos, las alteraciones rítmicas o los problemas asociados a las mismas sólo se manifiestan de forma ocasional o en circunstancias específicas (por ejemplo, por la noche, cuando el paciente está durmiendo, o durante el ejercicio físico), lo que implica que pueden no ser detectados en un ECG relativamente breve. Así pues, resulta más probable detectar estos problemas realizando dos pruebas específicas.

Una de ellas es el ECG Holter (también denominado ECG de larga duración o ECG ambulatorio). Esta prueba monitoriza la actividad eléctrica del corazón durante un periodo de tiempo prolongado. El facultativo adhiere al tronco del paciente entre tres y ocho almohadillas de electrodos conectadas, a su vez, a un pequeño dispositivo portátil que el paciente podrá transportar a lo largo de la prueba. Ésta suele durar 24 horas aunque también puede prolongarse durante varios días, en función del caso concreto y del problema que se esté evaluando.

Durante este tiempo, el paciente debe escribir un diario en el que haga constar el tipo de actividades que realiza y su duración así como los síntomas que experimenta. De este modo, el médico podrá comparar los resultados del ECG con las anotaciones del paciente y asociar los síntomas y arritmias registradas a actividades específicas.

Si determinados síntomas sólo se manifiestan en situaciones de agotamiento, éstos pueden ser detectados y evaluados con un ECG de esfuerzo. Durante esta prueba, el paciente debe hacer ejercicio al tiempo que se monitoriza la actividad eléctrica del corazón. De este modo, el médico puede determinar su tolerancia al ejercicio o si existe alguna limitación en su función cardiaca. En caso de que el paciente no pueda hacer ejercicio físico o deban realizarse otras pruebas de forma simultánea —como una ecocardiografía o una RM—, se pueden administrar medicamentos específicos que estimulen los latidos del corazón en vez de realizar una actividad extenuante.

Autor(es): Eva Niggemeyer
Revisado por: Dr. Alfred Hager
Última actualización: 2008-09-23