Anomalía de Ebstein

El tratamiento de la anomalía de Ebstein dependerá de lo grave que sea la afección.  El cardiólogo de vuestro hijo os comentará los distintos tratamientos existentes adecuados para el niño.

Si vuestro hijo tiene síntomas leves, un especialista en cardiología pediátrica tendrá que hacerle un seguimiento y puede que nunca precise tratamiento.

Cirugía

Si vuestro hijo tiene bajos niveles de oxígeno, esto quiere decir que a los pulmones no les llega suficiente sangre y, por tanto, necesitará una operación a corazón abierto. Habrá que detener y abrir el corazón para arreglarlo. Se instalará un bypass para que realice el trabajo que le correspondería hacer al corazón en circunstancias normales.

El principal objetivo de la operación consiste en hacer llegar  correctamente la sangre azul a los pulmones para que se oxigene. Si la afección no es muy grave, la operación servirá para:

Cambio de válvula tricúspide

A veces, la válvula tricúspide está muy deformada y hay que cambiarla por una válvula mecánica (artificial). Las válvulas artificiales no crecen con el niño y, por tanto, se tendrá que operar de nuevo al niño.

Además, los niños que tengan una válvula artificial tendrán que tomar anticoagulantes durante toda su vida, lo que tiene determinadas repercusiones sobre su salud y estilo de vida.

Operación de Fontan

Algunos niños que padecen la anomalía de Ebstein tienen el ventrículo derecho demasiado pequeño para funcionar correctamente. En dicho caso, los cirujanos conectarán la aurícula derecha directamente a la arteria pulmonar (se llama, operación de Fontan). Esto significa que se bombea la sangre azul directamente a la arteria pulmonar sin necesidad de pasar por la válvula tricúspide y el ventrículo derecho.

Shunt de BT y procedimiento Fontan

Puede que los niños que nacen con una anomalía de Ebstein muy grave necesiten un shunt de BT para incrementar la cantidad de sangre que llega a los pulmones. Se  realizará poco después de nacer. El shunt de BT  consiste en conectar  un tubo de una arteria del brazo a las arterias pulmonares. Esta operación se podrá llevar a cabo por un costado del tórax, mientras que el corazón sigue latiendo, o por la parte frontal, utilizando un bypass corazón-pulmón (operación a corazón abierto).

Una vez transcurridos dos o tres años, se podrá someter al paciente a una operación de Fontan. Los niños sometidos a este tipo de intervenciones quirúrgicas necesitan tiempo para recuperarse porque cambian la presión de la circulación, y el corazón y los pulmones necesitan un tiempo de adaptación.

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Autor(es): Children’s Heart Federation
Última actualización: 2012-06-14