Ayudando a recobrar la energía: Entrevista a Eva Niggemeyer

Eva Niggemeyer

Eres una joven profesional con una cardiopatía congénita que sabe lo que es la vida. Tu última operación fue hace algún tiempo. ¿Qué te llevó a decidir solicitar la entrada en el programa de rehabilitación?

El hecho de que yo necesite participar en algún tipo de programa de recuperación es algo que con frecuencia les resulta incomprensible a las personas que no me conocen bien. Pero, aunque a primera vista, mi vida parece relativamente normal, para alguien que tiene una cardiopatía congénita compleja no se trata tan sólo de ser autosuficiente, tener un trabajo y un apartamento propio.

¿Por qué optaste por la rehabilitación como paciente interno, ingresando en una clínica, en vez de optar por una terapia individual como paciente externo?

El tipo de vida independiente que llevo me exige un tremendo esfuerzo diario y tengo que economizar mis reservas de energía. Tras una jornada laboral de seis horas, mis reservas están muy bajas. Mi cuerpo y mis emociones se desestabilizan con facilidad, si no me aseguro de que descanso y me recupero lo suficiente. Estar en una clínica de rehabilitación vale su peso en oro, especialmente tras un período de trabajo particularmente extenuante. El ir y venir para recibir el tratamiento y las sesiones de terapia habrían supuesto un enorme desgaste adicional y habría alcanzado rápidamente mi límite físico.

¿Cuáles eran tus objetivos antes de la rehabilitación?

Mi objetivo era llegar a conocerme física y emocionalmente, mejorar mi estado y acumular nuevas reservas de fuerza y energía. Pero también quería que estos objetivos estuvieran en consonancia con mi capacidad física y garantizar que no tuviese que hacer nada que fuera a pasarme factura.

¿Qué requisitos tiene que tener una clínica de rehabilitación y por qué?

En una clínica de rehabilitación cardíaca normal no esperaría encontrar muchas otras personas con cardiopatías congénitas. Somos demasiado pocos. Sería realmente bueno poder hacer rehabilitación con otras personas que tuvieran lo mismo que tú. Es importante hablar con otras personas de tu misma edad y que tienen problemas parecidos, especialmente si estás normalmente sola con tu enfermedad.

¿Pudiste lograr estos objetivos y te aportó algo a tu vida cotidiana?

En la rehabilitación me di cuenta, por primera vez, que incluso yo podía hacer ejercicio para desarrollar los músculos, que podía de verdad exigirle a mi cuerpo algunas cosas sin que me pasara factura. Incluso me atreví a meterme en la piscina por primera vez desde hacía años, cuando la telemetría mostró que podía hacerlo si el agua estaba lo suficientemente caliente. Mis logros fueron un estímulo en mi vida tras la rehabilitación.