Terapia del habla: tratamiento de niños con aversión alimentaria
- Ingalill Ek (© Privado)
Ingalill Ek trabaja como terapeuta del habla (patóloga del habla o logopeda) en Folke Bernadotteregionhabelitering (FBH), un departamento del hospital Akademiska Sjukhuset de Uppsala (Suecia). Tiene muchos años de experiencia trabajando con niños, incluidos aquellos con cardiopatías congénitas y problemas de alimentación derivados de problemas motores o de una aversión alimentaria.
Junto con su equipo multidisciplinar de FBH, ha desarrollado un método para encontrar tratamientos para niños con aversión alimentaria. Ingalill y su colega Elisabeth Uhlén-Nordin también han escrito un libro al respecto, en el que explican que hay que tratar al niño como a una persona razonable; no hay que forzarlo, al revés, hay que dejar que se tome su tiempo, guiado por el padre, para aprender a comer.
¿Por qué algunos niños con cardiopatías congénitas se niegan a comer cuando están lo suficientemente fuertes como para hacerlo? Una alimentación prolongada mediante sonda nasogástrica es una dudosa explicación para dicho problema ya que, por ejemplo, los niños que, posteriormente, sufren parálisis cerebral y, por tanto, viven la misma experiencia con la sonda nasogástrica, con frecuencia, quieren comer a pesar de presentar, en algunas ocasiones, graves problemas motores orales.
Estos niños quieren comer, pero son incapaces de hacerlo. Los niños que padecen una cardiopatía congénita pueden comer, pero se niegan a hacerlo.
Según Ingalill, “el motivo de su reticencia a comer no está claro”. “Sin embargo, lo que podemos observar es que estos niños muestran una fuerte aversión a la textura de los grumos de la comida o a las cucharas demasiado llenas, por ejemplo”. En ocasiones, esta aversión es tan fuerte que el niño presenta náuseas e, incluso, vomita. Sin embargo, no suelen presentar problemas con la ingestión de líquidos.
Hipersensibilidad táctil
Ingalill explica que “dado que no se trata de problemas motores relacionados con la acción de comer, se estima que el sistema sensorial del niño reacciona de forma exagerada”. “Una reacción táctil exagerada de nuestro reflejo innato consiste en hacer desaparecer algo que sería peligroso tragar”. Los olores y los sabores también pueden provocar reacciones sensoriales. Otra reacción es negarse por completo a tener los dedos pegajosos.
Cuando un niño nace con una afección que pone en peligro su vida, la prioridad debería ser centrarse en los tratamientos médicos y quirúrgicos avanzados disponibles. Sin embargo, la nutrición es esencial para la supervivencia del niño. Ingalill explica que “a veces existe una paradoja entre lo ‘fácil’ y lo ‘difícil’, según avanzan los tratamientos y aumenta el número de niños que pueden disfrutar de una buena vida”. “No obstante, el tratamiento médico y el proceso de inspirar y enseñar al niño a comer con la boca no siguen siempre el mismo ritmo”. Algunos padres se encuentran solos ante la desafiante tarea de encontrar la forma de alimentar a su hijo.
La sonda nasogástrica
También es importante tener en cuenta que no todos los niños con cardiopatías congénitas tienen el mismo problema con la alimentación; por ejemplo, no todos reaccionan de forma tan exagerada a la textura de los alimentos. Muchos de ellos, después de la operación y de que les sea retirada la sonda nasogástrica, no presentan ningún problema con la comida. Sin embargo, algunos niños tienen problemas para utilizar la boca. “Considero que es importante dejar la sonda nasogástrica hasta que el niño coma bien por la boca, para evitar el estrés en las comidas”.
“Con frecuencia, se observa que la sonda nasogástrica molesta al niño mientras come pero, según mi experiencia, muchos niños toleran muy bien la sonda. Hay que tratar a los niños de forma individual, teniendo en cuenta diversos factores, incluida la gravedad de su cardiopatía congénita y su capacidad e interés por comer”.
A un niño que presenta síntomas de hipersensibilidad, se le debe ofrecer siempre texturas y sabores que tolere. “Si prefiere líquidos, eso ya es un logro. Los cambios de textura deben producirse muy despacio y sin que el niño tenga una reacción exagerada a ningún respecto. Los padres no deberían preocuparse por lo que comen otros niños de la misma edad”.
Déjale que se tome su tiempo
“Trabajamos con los padres de los niños que padecen cardiopatías congénitas. Cuando acaba la operación y se retira la sonda, muchos padres piensan que es el inicio de una nueva vida y sienten muchos deseos de mejorar”. Están muy ansiosos por hacer que su hijo coma; si el niño duda y dice “no, no quiero comer esto, no estoy preparado aún para los tropezones del yogur”, y, a pesar de la insistencia de los padres, el niño sigue negándose, entonces, los padres empiezan a preocuparse y, de repente, comer y alimentarse se convierten en un problema psicológico. Llegado este punto, el logopeda, a veces, puede contribuir con consejos útiles. “Lo que hacemos es animar al niño a que pruebe diferentes cosas y animar a los padres a que sigan buscando, junto con su hijo, otras formas de comer y de hacer que todo el proceso de comer sea más armonioso”.
O, simplemente, exploramos diferentes tipos de comida junto al niño: ¿Qué sensación te produce?, ¿a qué sabe? Es un trabajo a largo plazo. Los padres han de ser muy flexibles.
“No deben tener objetivos como, por ejemplo, ‘Cuando mi hijo empiece el colegio, comprenderá lo que es comer’. No funciona así. Los padres tienen que dar un voto de confianza a sus hijos con la comida enseñándoles a dar importancia a la comida y ofreciéndoles sabores atractivos”. El niño necesita que se le considere como a alguien único.
Sobre Ingalill Ek
Durante los 30 años que ha trabajado como logopeda, Ingalill Ek se ha decantado por la rehabilitación de niños con problemas de nutrición. Su equipo de profesionales sanitarios, Matlaget, tiene sede en el Centro Sueco de Habilitación Regional Folke Bernadotte, donde han conseguido excelentes resultados en la rehabilitación de estos pequeños. Junto con un compañero de profesión, Ingalill Ek ha escrito un manual sobre cómo ayudar y hablar a estos niños en las horas de las comidas. Actualmente, está finalizando otro proyecto llamado “Tres perspectivas sobre no querer comer”.
Comentarios sobre este artículo
My son is still accepting only a few reluctant tastes of food and shows no willingness to 'eat'. I try to relax and realise that with all his other health problems, so long as he is growing, eating is a skill he will learn in good time. But I wish with all my heart that there were a magic formula because I miss having a normal baby. Weaning a child is a wonderful experience. Our speech and language therapist is pleased with his progress and deals with us sensitively. I am so very worried that he will not eat. He is due to have a gastrostomy soon as the NG tube appears to irritate him and he vomits it regularly and I have to pass it several times a week. Very traumatic for the both of us.
Cuando tenia 9 meses tubo otitis y le recetaron Augmentine, a partir de esa misma tarde empezo a dormir y a bomitar todo lo que tomaba. estubo 3 días así y cuando me fui de urgencias me dijeron que del medicamento no era (pero lo dudo mucho) le pusieron suero y para casa .
Al otro dia se empezo a notar mas despierto pero no quiso comer, y asi llevo 7 años, con una lucha a la que no le veo solucion, ya que le diagnosticaron adversion sensorial alimentaria.
Al niño se le esta empezando a notar que tiene carencias en el colegio.
Unos padres desesperados. Gracias.
Agradeceria contestacion.
¿Te gustaría contarnos tu experiencia? Escribe un comentario sobre este artículo.