Sven-Tore se dejó llevar por su corazón

Sven-Tore (© Marit Haugdahl)

Sven-Tore Dreyer Fredriksen (nacido en 1954) es un estudiante graduado que pronto recibirá el título de doctor en Salud Pública. Sven-Tore no permitió que su cardiopatía congénita le impidiera seguir la carrera que había escogido. Esta es su historia.

Mi consejo a los jóvenes que tienen una cardiopatía congénita y que están decidiendo qué carrera estudiar es que ¡se dejen guiar por su corazón! Y, por supuesto, también por el sentido común.

El sueño de convertirse en enfermero

Mi cardiopatía congénita, tetralogía de Fallot, y las estancias en el hospital durante mi infancia son algunas de las razones por las que me interesé en un tipo de trabajo que incluyese la relación con las personas. Inicialmente pensé en ser dentista, pero después me di cuenta de que no sería la decisión adecuada para mí. ¡Tenía que hacerme enfermero!

Haciendo el doctorado

Comencé los estudios de enfermería y, además, hice un curso especial en enfermería de cuidados intensivos. Después continué estudiando enfermería y salud pública, especializándome en educación especial. Empecé a enseñar y a hacer investigación. Ahora estoy haciendo el doctorado en salud pública. Estoy investigando los factores asociados al hecho de ser un paciente de cuidados intensivos y trabajo en la Harstad University College en el norte de Noruega.

Entendiendo las experiencias

Cuando trabajaba como enfermero en cuidados intensivos, descubrí que estos pacientes tenían muchos episodios de psicosis. Pero, ¿por qué? No pude encontrar la respuesta en la literatura científica y esa fue la base de mi propia investigación. Descubrí la hermenéutica fenomenológica, que está relacionada con cómo entendemos las experiencias. Esta exhaustiva investigación me ha proporcionado una perspectiva completamente nueva de la llamada “fase intensiva”: las sensaciones corporales que experimentan los pacientes en situaciones graves.

Satisfecho con lo que tienes

Personalmente, no he estado como paciente en cuidados intensivos siendo adulto. Me intervinieron dos veces cuando era niño, cuando tenía siete años, y después con doce y, desde entonces, me he sentido muy sano. Nunca pensé que mi cardiopatía debía restringir mi vida de alguna manera. Era consciente de mis propias motivaciones y eso era lo más importante para mí. Cuando era más joven, mis padres nunca me dijeron “No hagas eso” o “Ten cuidado con aquello”, en lugar de eso, ellos me apoyaron en mis elecciones, lo cual me ayudó a la hora de elegir mi carrera. No obstante, mi madre a veces dice: “Debes relajarte y sentirte satisfecho con lo que tienes. No tienes que estar queriendo siempre más”. 

Sin apoyo

Antes de comenzar a estudiar en la Universidad, mis padres me llevaron a una oficina de la administración a averiguar si podía obtener ayuda financiera para pagar mis estudios. Les dijeron claramente que la carrera de enfermería exigía demasiado trabajo duro para mí y que, en lugar de enfermero, debía hacerme bio-ingeniero. Pero yo sabía lo que quería ser. Me aferré a mi deseo y estudié para ser enfermero y nunca he necesitado ayuda financiera para conseguirlo. Estoy contento con la carrera que he escogido y disfruto mucho con mi área de especialización. También he estado involucrado en el desarrollo de importantes avances en mi campo de especialización. Es un privilegio desarrollar conocimientos que puedan beneficiar a la gente.

En el futuro, puedo imaginarme fácilmente haciendo investigación sobre personas afectadas por cardiopatías congénitas, tal vez un estudio cualitativo sobre las experiencias en la vida diaria de los adultos con Tetralogía de Fallot. Me encantaría aceptar el reto, ¡si alguien tiene disponible la financiación para llevarlo a cabo!

Autor(es): Marit Haugdahl
Última actualización: 2010-04-14